domingo, 12 de diciembre de 2010

¡A bocaoh!


Esta noche, entre sueños, me he acordado de El Comedor de Sonrisas así como quien no quiere la cosa.

No sé si por septiembre u octubre, Yenai (la tonta de negro) decidió acoplarse (o más bien yo la acoplé, no lo sé, qué más dará eso...) a San Negro, a sus amigos borrachos esos y a su majestad aquí presente. Seré clara: no me acuerdo de la mitad del día y me estoy mosqueando; sólo recuerdo que bebimos, que me encontré con gente conocida (Norgelia, estás en todas partes) y que el idiota del negro se fue a mear a unos arbustos. Pero ya está.Y me mosquea, joder. Pero que sí, que bueno...que por dónde iba...

Serían las una de la mañana cuando nos sentamos en la parada del autobús a esperar a que volviera el gitano negro. Convencí a Yenai para regresar andando y que no molestara a su padre, y ella, que no es muy difícil de convencer aceptó. El camino, si lo hubiéramos hecho con eso que llaman prisa y buen ritmo, habría durado aproximadamente unos veinte minutos o veinticinco. No más. Pero el negro tuvo que encontrarse dos señales de tráfico...y no diré qué pasó, que luego lo denuncian y me quedo sin casa de los sábados. 
Tras la gran hazaña, recuerdo bastante bien que nos entró hambre y decidimos ir al Mcdonald's aunque tuviéramos menos dinero que comida hay ahora en mi frigorífico. Allí nos encontramos al que podría ser el nuevo superhéroe de Marvel con su novia la shungasa; muertos de hambre, observamos con tristeza cómo esa monstruosa mujer se dejaba más de media hamburguesa en el plato (y cuando digo más de media hamburguesa, ¡es más de media!, ¡qué asco de mujer!) y claro, cuando uno va algo borracho no se para a pensar en lo que dice (y ni cuando no lo está....). 
Atenté contra la muhé de El Comedor dando la voz de alarma a San Negro y a la tonta sobre esa pobre hamburguesa y ahí empezó todo. Que si que me has dicho, flipáh. Yo no te he dicho nada....Y la tía insistía en que sí. Egocéntrica tenías que ser, pero como tú sola. 
El Comedor se enfadó, y nos amenazó diciéndonos que "ioh engo musha mala leshe, ¿eh? A véh zi oh vaih a lleváh una jostia". Nos reímos, porque esa forma de hablar incitaba a pegarle pero no era plan. Nos miró, se enfadó más, yo creo que casi evoluciona a Supersaiyan de tanta furia que había concentrada en sus venas....y nos lo dijo. Oh, sí. Lo dijo. Una frase que no quiero olvidar en mi vida: "¡¡A véh si oh víah tenéh que quitáh la zonrrizah a bocaaaaoh!!". 

Joder, qué espanto de hombre. Y de mujer. 
Falta decir que nos callamos la boca porque apreciamos nuestras sonrisas aunque tengamos algún que otro diente a la birulé. 
Se fueron indignados, pero eso sí, la chica fue amable y dulce y educada...y con unos notables aires de superioridad nos ofreció su hamburguesa.
Gracias, preciosa. Nos salvaste la vida. 



1 comentario:

Keln dijo...

Y ioo teh voi a dehaah tuh primeh comentario en eh vlog. A veh zi la prosima ve te voi a teneh k coje por lacaye y rajarte biba porlo del amvurguezA.