miércoles, 4 de julio de 2012
"Los Juegos del Hambre."
"Los Juegos del Hambre" no es el mejor libro escrito de la historia, pero tiene un "algo" a pesar de que la trama principal de la novela se asemeja demasiado a "Battle Royale" y que la escritora, aunque no peca de no saber emplear los sinónimos (como Meyer), podría haberse esforzado un poco más relatando los detalles. No obstante, no es un libro mal escrito ni es una historia mal llevada. Se lee deprisa, es emotiva y engancha.
Suzanne Collins es capaz de hacer que detrás de un capítulo necesites saber qué ocurre en el siguiente; una dinámica que se repite durante los tres volúmenes de la saga.
El problema viene con la desastrosa película. Ayer, comentándolo con una amiga, me volví a acordar; la vi este fin de semana pasado y me pareció horrible. La banda sonora no es del todo mala y los actores, dentro de lo que cabe, lo hacen bastante bien. Pero la trama...¡¡la trama es una mierda!! Y los cámaras también, realizando miles de giros inesperados (especialmente en los momentos más interesantes) llegando a dificultar la visión de la película y mareando al espectador.
Por eso, hoy, voy a echar espuma (y spoilers) por la boca criticando lo que posiblemente sea una adaptación cinematográfica aún más horripilante que "Crepúsculo". Y eso ya era complicado.
La saga tiene lugar en un mundo post-apocalístico donde el gobierno, conocido como "Capitolio", tiene a su merced un total de trece distritos que años atrás vivieron lo que ellos llaman "Días Oscuros" en los cuales los distritos, encabezados principalmente por el número 13, se rebelaron en vano. El Capitolio, con su avanzada tecnología, doblega a los distritos y erradica al decimotercero; a partir de ahí, para que el pueblo no olvide los Días Oscuros y permanezcan sumisos, cada año se celebran "Los Juegos del Hambre", una especie de "reality show" en el que un chico y una chica de cada distrito, elegidos al azar, deberán luchar a muerte hasta que sólo uno quede con vida. El que sobreviva, conseguirá fama y riquezas.
La protagonista es Katniss Everdeen, de dieciséis años, que se ofrece voluntaria para proteger a su hermana Prim, la seleccionada por sorteo. Ella, junto a Peeta Mellark, representará al distrito doce en Los Juegos del Hambre.
Hasta ahí todo genial, maravilloso. El 12 se encarga del carbón (cada distrito se ocupa de una materia prima determinada); es un lugar pequeño, casi olvidado, donde el hambre y las enfermedades están a la orden del día. Sin embargo, nuestra protagonista tiene la suerte de que su padre la enseñó a cazar y de que la alambrada que separa su ciudad del bosque casi nunca está electrificada; junto a su compañero (un tanto imbécil) Gale, va en busca de alimento para su familia, logrando que ésta pueda subsistir.
En el libro, se muestra bastante bien cómo caza Katniss: en qué acierta y en qué falla y, sobretodo, cuál es su relación con Gale. En la película aparece una breve imagen de ella con el insoportable muchacho en un bosque y a tomar por culo; no explican por qué ocurre lo de la alambrada (el distrito es tan pobre que el Capitolio tiene la certeza de que no se rebelarán), ni por qué ella sabe cazar y qué es en lo que Gale la ayuda (en el libro, él se encarga de las trampas). Tampoco quién es él, que aparece de repente para decirle a la protagnoista que se marchen lejos, con sus familias a cuestas y adiós muy buenas a todo. ¿Pero irte adónde, alma de cántaro? ¿Y por qué? Además, ¡tampoco estáis tan mal! Porque un punto muy importante donde falla la película es en el hambre: no pasan hambre, directamente. Te encuentras unos personajes que cuando no están comiendo un panecillo se están zampando una ardilla; ni siquiera Katniss y Peeta, en el tren que los lleva hacia el Capitolio, parecen sorprenderse por la cantidad de comida que tienen a su disposición.
A su vez, siempre permanecen impecablemente limpios. Yo comprendo que no van a hacer que los actores adelgacen para que den imagen de famélicos que pasan hambre de verdad, pero lo otro....¿qué sentido tiene? ¿Tanto cuesta ensuciarlos? Si a Katniss le brilla tanto el pelo que yo pienso que se lo lava con Garnier.
Igualmente, el momento depilación no han sabido llevarlo de forma adecuada; tras ser escogidos, Peeta y Katniss deben montar en un tren hasta que, una vez son recibidos en el Capitolio, un grupo de esteticistas que le son asignados se encargan de ponerlos presentables. Sí, de poner presentables a unas personas que ya están presentables: la protagonista en el libro sufre con la cera porque tiene selvas amazónicas en todas partes, incluidas las cejas; en la película, presenciamos un anuncio de la famosa marca de cera "Veet".
Supongo que sí, que Jennifer Lawrence (la actriz) no querría aparecer con quince pelos en cada pierna pero...¿tres? ¿Qué cuestan tres pelillos de nada para darle algo de realidad al asunto?
Ah, no esperéis ver al trío de esteticistas, porque apenas aparecen. ¿Os acordáis de sus quejas, de sus risas, de lo imbéciles que resultan? Vale, pues centraos en Cinna, que a parte de que sale, le da vida Lenny Kravitz y sale pa comerle tó lo negro.
Haymitch, el único mentor del distrito doce. Alcanzó la victoria en unos Juegos hace años y ahora que prácticamente ha sido olvidado, invierte su tiempo en la bebida. Sea del tipo que sea, lo único que le importa es poder tener alcohol en el cuerpo.
Eso conlleva a que pase descaradamente de Katniss y Peeta. Sus consejos para que sobrevivan son insulsos, enfocados siempre al "haced lo que queráis, vais a morir de todas formas." No da ánimos, no ayuda. Tan sólo se emborracha y sus dos aprendices, más el chico que la chica, se tienen que ocupar de él. Hasta que llegan Los Juegos del Hambre y, aunque no cambia mucho, se centra un poquito más y de vez en cuando hasta le lanza un paracaídas a Katniss con ayuda. Eso sí, que no esperen mucho más de él.
En la adaptación cinematográfica, Haymitch es un tío normal y corriente que, alguna que otra vez, da un traguito a lo que tiene en la copa. Habla más con Katniss que con Peeta y hasta se ofrece a ayudarlos; y sufre cuando los ve a ellos sufrir en el campo de batalla.
En resumen: no es Haymitch.
Rue, la pequeña Rue. La niña que ayuda a Katniss a escapar de la alianza de los profesionales (de los distritos 1 y 2, que son entrenados hasta los 18 años específicamente para los Juegos) y Peeta señalándole la ubicación de un nido de ravestrípulas.
Ahí comienza la amistad de Rue y Katniss; mientras que la niña sana a Katniss de las heridas provocadas por las ravestrípulas, Katniss le da de comer y la protege. Es, sin duda, una de las partes más emotivas del libro porque la protagonista ve en ella a su hermana.
Ambas, tras un tiempo juntas, comienzan a planear cómo deshacerse de los profesionales: eliminando por completo la fuente de suministros que poseen. Y ya que se mueran de hambre, por inútiles.
Este plan les cuesta más de una noche; en la película bastan una cena ligera y que Katniss mire al cielo para que se le ocurra la idea a ella solita.
Lo peor llega cuando asesinan a la niña de doce años. ¿Recordáis la canción de Rue? ¿El mensaje entre ambas antes de hacer explotar los suministros? ¿La nana? Pues olvidadla. No hay nana, no hay canción; no hay explicación sobre los sinsajos. No hay absolutamente nada.
Katniss va en busca de Rue, la encuentra, la intenta salvar y la matan. La niña muere en sus brazos, ella llora; la cubre de flores. Y se acabó.
La canción era uno de los momentos más importantes de la historia porque marcaba el comienzo de la rebelión: ha surgido la amistad entre enemigos y, cuando uno muere, se ha rendido homenaje a él y, por tanto, a su distrito.
Tierno pero peligroso.
Peeta y Katniss. El chico con labia y gracia y la chica que no sabe actuar, que destaca por su sosería.
A ojos del público y de Haymitch, Katniss es lo suficientemente aburrida como para tener que fingir que entre ella y Peeta existe un romance para darle vida y conseguirle patrocinadores que le den ayuda en el campo. A ella esto no le hace ni pizca de gracia pero termina resignándose, diciéndole al público que sí, que está enamorada.
Hasta que Peeta se alía con el bando enemigo y ella decide olvidarse de él.
El chico, en el libro, es un buen mentiroso. Es lo único que tiene junto al camuflaje: que sabe actuar. Finge su alianza para proteger a Katniss y finge su romance para que los demás se fijen en ella, para hacerla vulnerable y dulce a la vista de los espectadores.
En la película, esto no es así. Ni se ve que Peeta mienta, ni se ve que quiera protegerla, ni mierdas en vinagre. El personaje simplemente se cambia de bando y se amolda hasta que es herido y encontrando por Katniss, que lo cuida (mucho menos que en el libro) y lo besa con ansia viva. Lo besa tanto que yo llegué a creer que estaban enamorados de verdad; sino fuera porque, reitero, Katniss es la sosería personificada. En el libro, es Peeta quien la besa para darle al público lo que desea, ella no hace absolutamente nada, salvo dejarse llevar, asentir a las cursilerías del chico rubio y darle dos picos mal dados cuando está enfermo.
El momento banquete también lo han desperdiciado. No hay apenas violencia y Katniss sale airosa de la trampa; Peeta se recupera en seguida. No hace falta que nadie cargue con nadie ni que Katniss piense mil y una veces que Peeta es un coñazo porque, a parte de malherido, hace mucho ruido cuando van de caza. Porque no, en las dos horas de película no caza ni un triste ratón.
Es una pena, desde mi punto de vista, el desperdicio que han producido. Gastar dinero para realizar algo así debería estar prohibido.
Katniss gana Los Juegos del Hambre no por ser más lista ni más fuerte que nadie, sino por saber alimentarse y esconderse. Peeta gana porque a ella se le ocurre la idea de las bayas envenenadas, pero no como acto de rebelión sino de agradecimiento: va a morir con él porque él, hace años, la salvó de morir de hambre.
En la película la escena de las bayas no impresiona, no provoca lástima; Peeta no se mete las bayas en la boca, no están a punto de suicidarse. Simplemente las sacan y se acabó.
Puntos importantes como los aerodeslizadores o las imágenes tras los cañonazos tampoco aparecen. No se sabe en ningún momento quién vive y quién muere. Los mutos no son lobos, son perros sin cola; la Cornucopia no es alta. Esta parte la destruyen, porque ni se enfrentan a Cato ni Katniss ve en la mirada de los lobos los ojos de los participantes de Los Juegos; Cato no agoniza durante horas cuando lo devoran.
Las partes de la madre, Prim y Gale son casi eliminadas. Gale aparece dos veces contadas enfadado con no se sabe qué, porque nadie explica ni que está enamorado de Katniss ni que es un perro-flauta con ganas de revuelta.
Prim parece más débil de lo que en realidad es y no se nos muestra a la madre como una mujer deprimida por la muerte de su marido que ha olvidado ocuparse de sus hijas por completo. Tampoco se ve claramente cómo murió el padre de Katniss.
Los Juegos del Hambre es un libro complicado de adaptar porque son muchas cosas y todas pasan muy rápido, y casi todo está enfocado en los pensamientos de la protagonista. No obstante, debe de ser un poco triste que "Battle Royale" esté mejor adaptada y aproveche mejor el tiempo. En esta adaptación, no te enteras ni del nombre de la chica.
Creo que en mi vida me había decepcionado tanto una película. Dios quiera que no la caguen con "En Llamas" o esto se convertirá en la futura saga Crepúsculo.
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