A veces recuerdo pasados que no me pertenecen. Me creo con
el poder de requerir todo el querer de su mundo y eso no es así. Prefiero
siempre la verdad y ahí está el problema. O en desear una habitación
desordenada y pintar una sombra en blanco y negro. Como si el mundo no fuese ya
demasiado gris. Entiéndelo, Mika. Lo tuyo es suyo y lo suyo no es de nadie. No
conseguirás hacerlo parte de ti ni lograrás en la vida que los gatos maúllen a
la luz de la luna. Los perros ya no se asustan. Deja ya de tener miedo y
enfréntate a lo que te toque. Que te guste o no te guste es lo de menos; toda
tu verborrea mental y tu dulzura no servirán de nada más allá de esas puertas.
No seas debilidad, Mika. Conviértete en fuerza…
1 comentario:
Bonito post. He encontrado tu blog gracias a twitter. ¡Un saludo!
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