Felicidades, Miss Cobardía.
Busco tus razones, tus motivos. Sé que los hay. Y también otro camino, ¿sabes? Me agota esta situación y me paraliza; más importante para mí que encontrar la felicidad es hallar paz y aquí no la voy a tener nunca.
Si no demostráis, yo tampoco.
Se me ha acabado la bilis que necesitaba dejar escapar entre los labios.
Lo único que quiero es echarte fuera de aquí. Que te vayas, por favor y que si hablo vaya decente la realidad, la vida. Aunque me toque madurar de golpe y porrazo y pedirle a alguien que me de más el brazo que la mano.
¿Tan difícil es renunciar a algo que ya no quieres? ¿De verdad? ¿Por "el qué dirán", un fajo de billetes? ¿o qué? ¿De verdad? No lo entiendo.
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