miércoles, 13 de mayo de 2020
Cuarentena
No era necesario forzar una jaula,
yo ya creé la mía propia.
Como tela de araña, poquito a poco, desde que empecé a entender que sobraba.
Pero podías entrar.
No era cálida, pero podías entrar. Alguien podía entrar, yo deseaba que alguien entrase, necesitaba que alguien entrase (tú lo sabes bien, ¿verdad, Camy?).
Ya no puede entrar nadie.
No quiero que entre nadie.
No te atrevas a entrar.
La jaula es mía.
No es cálida, pero es mía.
No es un refugio, pero es mía.
La odio con todas mis fuerzas, pero es mía.
Y como jamás tendré valor para actuar...
aquí seguiré, continuará siendo mía, siempre. Siempre.
Aunque me rompa en pedazos.
lunes, 25 de septiembre de 2017
Mujer.
Si sobre ti nadie escribe,
es que no mereces la pena.
No.
Si por mí nadie escribe,
ya escribiré yo.
Merezco la pena, existan poemas o no.
es que no mereces la pena.
No.
Si por mí nadie escribe,
ya escribiré yo.
Merezco la pena, existan poemas o no.
martes, 25 de julio de 2017
Obama.
Vuelve.
Volved.
Como los pájaros en primavera.
Vuelve.
Volved.
No ha pasado. ¿Verdad?
Estoy cansada. Hay tanta toxicidad. Estoy muy cansada.
Me sigue doliendo la frustración de ver mis manos quietas, el paso del tiempo, la historia repitiéndose.
Joder, tan sólo quiero que sea mentira. ¿Vuelves? ¿Volvéis?
No es justo. Estáis ahí, para mí, para nosotros, no te quejas, no os quejáis. Se portan mal, yo no sé qué hacer. Esto no es justo.
Nos apropiamos de la vida de los demás y nos quedamos tan panchos. Así somos las personas. Desagradecidas, obtusas, nos gusta jugar a ser Dios. Pero siempre escuché que Dios es amor y yo sólo veo corazones sucios. ¿A qué jugamos entonces? ¿Somos Harley o el Joker? ¿Yo también entro dentro de la partida o soy de esos que se quedan fuera, viendo la tormenta?
La indiferencia duele más que posicionarse, eso me dijeron una vez. A mí me dolía, ¿sabes?
A vosotros os está matando la mía, ¿o sólo estoy exagerando? Dime qué puedo hacer, no lo sé.
Diles que vuelvan, por favor. Vuelve.
No ha pasado, no ha vuelto a pasar, no quiero contar esta historia de nuevo.
No va a volver.
Ni volverán.
Hay pájaros que jamás retornan.
Pasará y lo repetirán.
No quiero frases, no quiero mierda. No más, ya es suficiente. Estoy tan cabreada, tan cansada, tan hastiada, tan derrotada... quiero haceros dañaros con mis propias manos. Podría arañaros, golpearos, azotaros y no me importaría. Porque es lo que deseo, más que nunca.
Te van a sustituir.
Y se repetirá la historia.
No quiero a otro, te quiero a ti.
Vuelve.
Sé un pájaro en primavera.
Por favor.
¿Vuelves? ¿Volvéis?
Hasta siempre.
Te quiero.
Volved.
Como los pájaros en primavera.
Vuelve.
Volved.
No ha pasado. ¿Verdad?
Estoy cansada. Hay tanta toxicidad. Estoy muy cansada.
Me sigue doliendo la frustración de ver mis manos quietas, el paso del tiempo, la historia repitiéndose.
Joder, tan sólo quiero que sea mentira. ¿Vuelves? ¿Volvéis?
No es justo. Estáis ahí, para mí, para nosotros, no te quejas, no os quejáis. Se portan mal, yo no sé qué hacer. Esto no es justo.
Nos apropiamos de la vida de los demás y nos quedamos tan panchos. Así somos las personas. Desagradecidas, obtusas, nos gusta jugar a ser Dios. Pero siempre escuché que Dios es amor y yo sólo veo corazones sucios. ¿A qué jugamos entonces? ¿Somos Harley o el Joker? ¿Yo también entro dentro de la partida o soy de esos que se quedan fuera, viendo la tormenta?
La indiferencia duele más que posicionarse, eso me dijeron una vez. A mí me dolía, ¿sabes?
A vosotros os está matando la mía, ¿o sólo estoy exagerando? Dime qué puedo hacer, no lo sé.
Diles que vuelvan, por favor. Vuelve.
No ha pasado, no ha vuelto a pasar, no quiero contar esta historia de nuevo.
No va a volver.
Ni volverán.
Hay pájaros que jamás retornan.
Pasará y lo repetirán.
No quiero frases, no quiero mierda. No más, ya es suficiente. Estoy tan cabreada, tan cansada, tan hastiada, tan derrotada... quiero haceros dañaros con mis propias manos. Podría arañaros, golpearos, azotaros y no me importaría. Porque es lo que deseo, más que nunca.
Te van a sustituir.
Y se repetirá la historia.
No quiero a otro, te quiero a ti.
Vuelve.
Sé un pájaro en primavera.
Por favor.
¿Vuelves? ¿Volvéis?
Hasta siempre.
Te quiero.
sábado, 16 de mayo de 2015
Home, sweet home.
"Probablemente esa chiquilla termine siendo una desgraciada. Toda su vida. Imaginad la estampa: palos por todos los flancos posibles y un cuerpo frágil sin intención de defenderse ni anticipar las futuras caídas. Puede que termine mal."
Dijo él, sin recordar el juego previo que dos semanas antes había provocado en su despacho para que supiera que aquel personaje inventado no era más que mi sombra. Porque estoy segura de que lo atisbó en mis palabras encadenadas. No es imbécil, no me cabe duda, y le encanta resolver puzzles tanto o más que a mí.
Probablemente esa chiquilla sea una desgraciada. Gran parte de su vida. Imagina la estampa actual: no tiene hogar, un hueco donde refugiarse. ¿Adónde va cuando necesita consuelo o un recoveco donde llorar y taparse las orejas para no escuchar más? Vaga de un lado a otro, de un lugar plagado de ansiedad a otro en el que no puede situarse a un último en el que no debería permanecer.
Imagínala, con esa seguridad y esa fortaleza que se derrumban. Ese cuerpo débil que se estremece cuando mira hacia delante; divertida ironía, porque lo que la empujó a continuar fue, de hecho, mirar hacia delante. Ahora la asusta.
No encuentra dónde meterse, dónde descansar el ala. Si no tuviese miedo sería más fácil, también si se hubiese acostumbrado de una maldita vez a las paredes que la criaron entre Camy, canciones de letras ininteligibles y soledad.
Quién sabe si será una desgraciada. Sólo puede saberse que cuando no es una situación es otra la que la atormenta y que por mucho ignorar y mucho hacerse la guerrera brava, la mierda no desaparece.
No es malo sentirse desubicado ni es malo flaquear. Lo perjudicial es levantar la cabeza cuando quieres mirar hacia el asfalto y empañarte los ojos de gris. Lo cruel es obligarte a tirar del carro cuando requiere la mente una pausa y el corazón unas vacaciones.
Porque mira, niña. No importa si no te encuentras o si crees que estés allí o allá no vas a hallar un hueco. Lo que importa es que te lo construyas aunque sea, como muchos te dicen, a tan largo plazo que en ocasiones te olvides de vivir el ahora. Y si no hubiese un escondite para ti en ningún lugar de este áspero suelo, no te preocupes, sabrás lo que hacer cuando llegue el momento.
No llegaste hasta aquí para que te venzan y aquella a la que forzaste a andar se avergüence. ¿Verdad que no, niña?
Dijo él, sin recordar el juego previo que dos semanas antes había provocado en su despacho para que supiera que aquel personaje inventado no era más que mi sombra. Porque estoy segura de que lo atisbó en mis palabras encadenadas. No es imbécil, no me cabe duda, y le encanta resolver puzzles tanto o más que a mí.
Probablemente esa chiquilla sea una desgraciada. Gran parte de su vida. Imagina la estampa actual: no tiene hogar, un hueco donde refugiarse. ¿Adónde va cuando necesita consuelo o un recoveco donde llorar y taparse las orejas para no escuchar más? Vaga de un lado a otro, de un lugar plagado de ansiedad a otro en el que no puede situarse a un último en el que no debería permanecer.
Imagínala, con esa seguridad y esa fortaleza que se derrumban. Ese cuerpo débil que se estremece cuando mira hacia delante; divertida ironía, porque lo que la empujó a continuar fue, de hecho, mirar hacia delante. Ahora la asusta.
No encuentra dónde meterse, dónde descansar el ala. Si no tuviese miedo sería más fácil, también si se hubiese acostumbrado de una maldita vez a las paredes que la criaron entre Camy, canciones de letras ininteligibles y soledad.
Quién sabe si será una desgraciada. Sólo puede saberse que cuando no es una situación es otra la que la atormenta y que por mucho ignorar y mucho hacerse la guerrera brava, la mierda no desaparece.
No es malo sentirse desubicado ni es malo flaquear. Lo perjudicial es levantar la cabeza cuando quieres mirar hacia el asfalto y empañarte los ojos de gris. Lo cruel es obligarte a tirar del carro cuando requiere la mente una pausa y el corazón unas vacaciones.
Porque mira, niña. No importa si no te encuentras o si crees que estés allí o allá no vas a hallar un hueco. Lo que importa es que te lo construyas aunque sea, como muchos te dicen, a tan largo plazo que en ocasiones te olvides de vivir el ahora. Y si no hubiese un escondite para ti en ningún lugar de este áspero suelo, no te preocupes, sabrás lo que hacer cuando llegue el momento.
No llegaste hasta aquí para que te venzan y aquella a la que forzaste a andar se avergüence. ¿Verdad que no, niña?
martes, 31 de marzo de 2015
Protect me.
Posiblemente me quiera, me ame, me adore, ¡vaya usted a saberlo!, lo único cierto es que tiene una habilidad especial para herirme.
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