sábado, 17 de mayo de 2014

Sulti.

Escribo esto ahogándome, suplicando al tiempo que pase rápido y de la manera más indolora posible. Porque yo no soy capaz de desatar la cuerda que me oprime la garganta más, más, más...hasta que se me asfixia el alma.
Por mucho que llore o mis oídos se tornen sordos, no podré ayudarte, ni a ti ni a ellos y si creyeses que no me importa estarías profundamente equivocado.

Intenté dialogar. No funcionó.
Intenté que se diesen cuenta de su error. Fue en vano.
Y ahora, mi vida, estás pagando las consecuencias. No aquellos que se agrandan a costa de tu vida los bolsillos, no, tú. Tú pagas sus hipotecas, sus coches, sus cervezas y tapa. Su peinado nuevo, su ropa cara, sus días en la playa.

Tú.

Y yo no puedo hacer nada por ti. Ni por ellos. Y me ahogo.

Lo siento, vida...Aunque no sirva de nada.
Lo siento, vida...

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