miércoles, 25 de mayo de 2011

Lo llaman pavor.



Subió desde sus pies hasta sus rodillas, pasó por su vientre y se hizo hueco en el pecho. Terminó en la cabeza, se convirtió en bicéfala.
Ser de dos cabezas, lógica e irracional. Pesimismo y optimismo. Ella y el miedo, angustia escondida en ansiedad.
Dosis de saudade en pequeñas dosis no hará bien. No obstante, se empeña en que sí.
Es más fácil sentirse atada cuando no hay nadie alrededor y la boca escupe las palabras sin pudor, sin vergüenza a que alguien llegue y les ordene cerrarse, aislarse, marginarse.

Cree tener miedo. Lo siente. Ha vuelto a huir de la vida, y ésta la ha terminado atrapando.
No hay realidad, se ha construido un mundo de fantasía en el que el “todo se solucionará” reina; como si por arte de magia los problemas se evaporaran, las preocupaciones volaran, como si el futuro fuera a llegar sin ser llamado de aquí a temprano y no tarde.
Mas la cabeza dijo no, y acabó teniendo razón.
Le da miedo lo que pueda pasar a partir de fechas señaladas, le da miedo no volver a encontrar su lugar. Esa angustia de no saber adónde ir mientras todo aquel cercano anda por un camino con meta, y tú rodeas en círculos el mismo obstáculo más por estupidez propia que por estupidez ajena.

Y siente pánico tan sólo de imaginarlo…

Ha reencontrado sus mismos miedos de siempre en el mismo cajón de “casinuncavolveréacometereseerror”. Es como una niña asustada que busca desesperadamente algo a lo que aferrarse, y llora porque no alcanza nada.


No va a lograr lo que se propuso: lo aplazó. A sus pies están las consecuencias y en el hombro derecho, el resultado situado junto a su cabeza: miedo e incertidumbre.
Que lo que más la asusta no son los plazos que se ha puesto, los obstáculos que se ha situado en el sendero; es perder. No hallar. Perder. Que ganen. Perder. Que sigan. Perder. Que olviden. Perder. Que recuerde. Perder. Volver a llorar por perder otra vez…

lunes, 16 de mayo de 2011

Punto y seguido.



-El tiempo es una mierda. O llueve, o hace sol, o se nubla, o vete tú a saber qué. Y eso me enfada. También los bocadillos de la cafetería, que cada vez son más caros. Y las obras de Van Gogh…¡¿quién demonios le compraba los cuadros a ese hombre?! Ya había que tener mal gusto.
*¿Pero tú no eras feliz porque habías encontrado a alguien a quien querer?
-Lo soy, sin embargo, me canso. Es decir, no de él. No de nadie. Me basta para ser feliz; querer, digo. Aunque a veces necesito algo más, creo que mi futuro pende de un hilo. Lo veo todo muy negro, me siento culpable, idiota, estúpida…Me siento de muchas maneras.
*Probablemente no seas la única.
-¿Y sabes qué es lo peor de todo? Que a veces siento como si a nadie le importara.
*Es que a nadie le importa.

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She Said "I know what it's like to be dead. I know what it is to be sad'...
And she's making me feel like I've never been born. 

miércoles, 4 de mayo de 2011

Bienvenida.


*Bienvenida, Mika.
-¿Bienvenida? ¿Adónde?
*A tu cabeza. O a tu corazón. Casi que ambos son lo mismo en tu mundo de racionalidad y cabezonería.
-Ajám...
*Ahora los dos parecen una lavadora...
-...con su programa largo y centrifugado incluido...
*Y están así, dando vueltas a "sólotúsabesqué", porque se han estropeado. Se han llenado de cal, igual que las lavadoras. Debes "eliminarla".
-Ah...Ridícula metáfora, por cierto.
*¡Cuánta indiferencia! No es de extrañar que nunca llegues a una conclusión y no pares de hacerte las mismas preguntas una y otra vez si te comportas ante la respuesta con semejante pasotismo. Pero bueno, chata, tú sigue metiendo la pata que parece que te gusta.
-Llueve...
*Hablar contigo es igual que hablar con una pared...
-¿Qué demonios quieres que te diga? ¿Que soy imbécil por no saber sobreentender qué es lo que me falta, lo que necesito y no sé encontrar?
*No te subas a la parra. Menos humos, guapa. Tu problema es que sabes perfectamente lo que te ocurre pero no te da la gana ponerle una solución porque siempre es más fácil y cómodo resignarse. De ahí proviene tu angustia.
-Si has venido a tocarme las narices, te puedes ir.
*Lo que pretendo es que espabiles, que te des cuenta de que estás dando pasos hacia atrás. Retrocedes sin motivos, y no debes.
-Retrocedo porque tengo...miedo. O algo similar. Miro hacia el futuro y me frustro. Es como si mi vida dependiera de decisiones ajenas y por eso no soy capaz de vislumbrarla por mí misma. Suena estúpido, supongo, pero necesito tener el control de algo en mi vida, poder decir "mira, esto va así porque yo lo he elegido." No obstante, no puedo.
*El verbo no es "poder".
-¿Cómo?
*Es "permitir". No es que no puedas, es que no te lo permiten. Te obligan a depender de otras decisiones. Lo único sobre lo que has tenido control durante toda tu vida han sido los estudios; aguantabas lo que te echaban por ellos y por la meta, psicología. Pero, en cierto modo, te lo arrebataron y te quedaste sin nada. Y lo diste todo por perdido, y te volviste a abandonar a los demás.
-...
*Claro que es normal. Vives en una especie de prisión en la que, como viene siendo obvio, no escoges nada; te han regalado unos pocos milímetros y con eso debes conformarte. Fuera nada era mucho mejor: acostumbrada a dejarte llevar, permitiste que guiaran hasta tu pensamiento. Al menos, hasta cierto punto...Si decían que pecabas de inútil, pecabas de inútil; si te llamaban fea, eras fea; si te denominaban escombro, hacías caso. Siempre igual. Sin preguntas, sin respuesta. El otro tenía la razón. La palabra, la decisión..El otro. No tú. Malas costumbres.
-Pero me cansé. Hubo un momento en el que casi todo eso se acabó.
*¿Estás segura?
-¿Pretendes hundirme? ¿Confundirme?
*Quiero que cojas las riendas y que te hartes de que todo sea "casi tuyo". ¡Toma el control de una puta vez! Lo único que necesitas es una vida que sea tuya.