miércoles, 13 de mayo de 2020

Cuarentena


No era necesario forzar una jaula,
yo ya creé la mía propia.

Como tela de araña, poquito a poco, desde que empecé a entender que sobraba.
Pero podías entrar.
No era cálida, pero podías entrar. Alguien podía entrar, yo deseaba que alguien entrase, necesitaba que alguien entrase (tú lo sabes bien, ¿verdad, Camy?).

Ya no puede entrar nadie.
No quiero que entre nadie.
No te atrevas a entrar.

La jaula es mía.
No es cálida, pero es mía.
No es un refugio, pero es mía.
La odio con todas mis fuerzas, pero es mía.

Y como jamás tendré valor para actuar...
aquí seguiré, continuará siendo mía, siempre. Siempre.

Aunque me rompa en pedazos.