sábado, 4 de octubre de 2014

4.


El mejor regalo para alguien que juega a esconderse es un lugar donde refugiarse. Un sitio seguro, en paz, confortable. Donde premien la imaginación, las tazas humeantes y el brillo de la luz a media noche.
Me has dejado entre las manos un lugar donde resguardarme, para que cuando se me agoten las energías pueda hundir la cabeza entre las páginas que se abren ansiosas ante mí. Me has regalado personajes que se quedarán dentro tanto o más tiempo del que dure su historia, detalles que deberé inventar a mi antojo, batallas que lucharé desde el sofá.

Necesitaba algo en lo que poder esconderme de nuevo ahora que no quiero esconderme nunca más. Porque releo lo que escribía hace tres años y no me reconozco. Ha cambiado mi vocación, mi forma de afrontar el sobrevivir y mis ganas de pelear. Después de morir en pasiva, vivo en activa.

Hoy, este día, sí que sí: Feliz cumpleaños, Mika.